El templo de los idolos

07.09.2011 22:29

 

El templo de los ídolos

Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolos?

 

¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARÉ EN ELLOS, Y ANDARÉ ENTRE ELLOS; Y SERÉ SU DIOS, Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO.

1 Co. 8:10; 2 Co. 6:16

 

INTRODUCCIÓN: En múltiples ocasiones, el pueblo de Israel se desvió en pos de otros dioses, encendiendo así la ira de Dios.  Así en el nuevo testamento el apóstol Pablo les habla a los cristianos enseñándoles que ahora ellos son el Templo de Dios y que no deben tener ninguna comunión con el templo de los ídolos.

 

En este estudio se analizaron las características de los templos idolátricos que aparecen en la Biblia, a los cuales el cristiano puede estar rindiéndoles culto; desplazando a Dios del lugar de preeminencia que debe tener en su vida. 

 

DESARROLLO: Dios siempre a querido habitar entre su creación desde tiempos antiguos, en el libro de Génesis se ve como Él descendía al huerto para tener comunión con Adam, esto era el inicio de algo que estaba en los planes de Dios; pero no era el plan final de ello pues lo que deseaba era habitar dentro de aquel que lo recibiera en su corazón.  

 

El Señor Jesús le indica a los fariseos que el era el Templo de Dios (Jn. 2:19-21) por que en el habitaba la plenitud de la divinidad (Col. 2:9) y de esa manera ha constituido al cristiano (1 Co. 6:19-20). Razón por la cual el hijo de Dios ya no debe tener idolatría en su corazón.  

 

  1. Templo de Rimón, 2 Reyes 5:18: Este ídolo fue adorado por los sirios, era el dios de la lluvia, el viento y las tormentas; su nombre se puede traducir como: el mas alto o exaltado.   Habla del orgullo que puede estar enraizado en el corazón del hombre (Mr. 7:21-22).

 

    1. Se puede estar rindiéndole culto al orgullo de diferentes maneras, una de ellas, no siendo agradecido con las cosas que Dios hace en la vida del cristiano por medio de otras personas, uno ejemplo de esto es el rey Ezequías que no agradeció el bien que el Señor le había hecho (2 Cr. 32:24-26).  

 

La Biblia nos enseña que seamos agradecidos en todo (1 Ts. 5:18) no ser como Nabal que fue mal agradecido con David (1 S. 25:5-7); así el cristiano debe ser agradecido con aquellos que buscan su bienestar y tener una actitud humilde como la de Rut cuando Nohemí buscaba su bienestar (Rut 2:22-23, 3:1-3).

 

    1. Otra de las fuentes del orgullo puede ser por las cosas materiales que se poseen, Nabucodonosor se enorgullecía  de las cosas que había logrado sin darle la gloria a Dios (Dn 4:30); también los discípulos de Jesús se gloriaban del templo (Mt. 24:1-2).

 

    1. El alma de la persona orgullosa no es recta (Hab. 2:4), se alaba en exceso, incluso de las cosas malas que hace, como lo hacía la iglesia de Corinto (Sal. 75:4; 1 Co. 5:1-6) y en sus planes no incluyen al Señor (Stg. 4:13-16).

 

    1. El cristiano que rinde culto a Rimón es aquel que no deja al Espíritu Santo que lo perfeccione, procura ser perfeccionado por métodos humanos, haciendo a un lado el fundamento de su fe (Gá. 3:3 BalDía) dando trato severo a su cuerpo pretende aplacar su conciencia llegando incluso a apostatar (Col. 2:20-23; 1 Ti. 4:1-3).  

 

Los habitantes de la tierra cambiaron la roca, que es Cristo, por barro cosido (Fig. de humanismo) para edificar (Gn. 11:3 RVA)  de esta manera el cristiano ya no depende de Dios sino de las cosas terrenales como en el caso de Laodicea.

 

    1. A la persona orgullosa Dios la ve de lejos (Sal. 138:6 RV95), ésta no se acerca a Él en busca de refugio (Sal. 10:4-11) como el hijo pródigo busco hacer su propia voluntad y se alejo del padre (Pr. 16:18; Lc. 15:13-29).

 

    1. El hijo de Dios debe analizar su corazón y ver si no existe altivez en él porque corre el riesgo de ser humillado (Pr. 16:18), Luzbel quiso alcanzar un jerarquía que no le correspondía y fue humillado (Is. 14:12-14).

 

Así el cristiano que tiene ambición personal en su corazón por querer alcanzar un lugar de privilegio corre el riesgo de aferrarse a ello hasta alcanzarlo, aún cuando no sea la voluntad de Dios (Stg. 3:14-16).  Saúl se aferró al reino cuando el profeta Samuel le indicó que ya le había sido quitado (1 S. 15:28-30).

 

  1. Templo de Dagón, 1 Samuel 5:2: El nombre de esta deidad proviene de la raíz hebrea dagah, significa: multiplicar, incrementar o ganancia.  Tenía la forma de un gran pez con cabeza, cuerpo y manos humanas.  Enseña acerca de la falsa prosperidad, de rendirle culto a las cosas materiales, haciendo énfasis en lo económica.

 

    1. La Biblia nos enseña que Dios quiere que prosperemos en todo, siendo una condicionante la prosperidad de nuestra alma (3 Jn. 1:2).  Es por ello que se debe tener en cuenta que las cosas materiales que se tienen es como consecuencia de haber sidos prosperados en el alma.

 

Prosperidad significa: “éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre”.  Una persona es prosperada cuando Dios le da esposa (Pr. 18:22) así vemos a Eleazar emprendiendo la búsqueda de esposa para Isaac, logrando cumplir la misión que le habían encomendado (Gn. 24:12-20).

 

Una persona que inicia algún proyecto y lo termina es una persona prospera, porque su alma no es inestable y tampoco es amiga del mundo; es una persona que esta plantada junto a corrientes de agua (Sal. 1:3; Stg. 1:8, 4:4).  Caso contrario es una persona que no tiene su corazón purificado (Stg. 4:8)

 

Otra de las formas de tener la verdadera prosperidad es procurar cumplir la Palabra de Dios, aplicándola en el corazón y no olvidando sus promesas (Dt. 29:9; Jos. 1:7-8); uno de estos principios es el Diezmar fielmente en la casa donde la persona se congrega (Mal. 3:10-11).

 

Se logra ser prosperado al no asociarse con los burladores y hombres que derraman sangre inocente, el ejemplo de esto se puede ver en el pueblo de Israel que no permitió que otros edificaran con ellos (Neh. 2:19-20; Pr. 1:11-14; Sal 1:1 RVA).  El cristiano no debe asociarse con personas que no tienen sus mismas convicciones aunque se digan ser cristianos, simplemente por recibir un beneficio económico.

 

    1. Para tener la verdadera prosperidad de Dios es necesario que se busque el reino de Dios y su justicia (Mt. 6:33) siendo la palabra “primero” en griego proton que significa: primero en tiempo o lugar, en una sucesión de cosas o personas.  Indica que se debe tener prioridad en las cosas de arriba (Col. 3:1-2); esto se ve en Salomón pues no busco riqueza sino sabiduría (1 R. 3:9-13)

 

    1. La Biblia menciona a personas que harán negocio con la palabra de Dios (2 P. 2:2-3) estos van a pretender cambiar el Don de Dios con dinero, de la manera que lo quiso hacer Simón el mago (Hch. 8:18-20).  El cristiano debe entender que es por Gracia que se es salvo, con Cristo le dieron todas las cosas y que no debe pagar por ellas.

 

    1. El cristiano debe aborrecer las “ganancias deshonestas” tal como la Biblia lo menciona (Ex. 18:21), ser como Eliseo que no aceptó pago por el milagro que Dios hizo en Naamán (2 R. 5:15-15) a diferencia de su siervo que fue tras los bienes de este (2 R. 5:20-23).

 

    1. Se corre el peligro de entregar a las personas que están bajo responsabilidad y traer aflicción sobre ellos; ejemplo de esto es Lot y Acán, el primero vio la región donde estaba asentada Sodoma como el Huerto de Dios (Gn. 13:10); el segundo por codiciar (Jos. 7:20-25).  Se debe tener la actitud de Abram en cuanto a las riquezas que no provienen de Dios (Gn. 14:21-23).

 

    1. El Señor Jesús hace la advertencia que la vida de una persona no consiste en los bienes que posee y que no debe afanarse por adquirir riquezas pues éstas son temporales (Pr. 23:4; Lc. 12:15 RVA). 

 

  1. Templo de Diana, Hechos 19:35: Era el equivalente a la diosa Artemis de los griegos.  Considerada la diosa madre de la tierra y representada con muchos pechos en su cuerpo.  Artemis se deriva de la palabra Artemon y se puede traducir como vela mayor.  Representa el rendirle culto a lo sexual e implica problemas de pornografía, fornicación, adulterio y concupiscencias.

 

  1. Fornicación: Del vocablo griego porneuo significa: prostituir un cuerpo por o para las lujurias de otro, darse uno mismo a relaciones sexuales ilícitas.  Esto se puede dar dentro y fuera del matrimonio, el escritor de Hebreos exhorta a los casados a que su lecho marital sea sin fornicación (He. 13:4). 

 

Puede darse como consecuencia de estar corrompiendo la mente con pornografía y llevarla al lecho conyugal; en el caso de David al ver a Betsabé, despertó el deseo por experimentar lo prohibido y llevarlo a la práctica en su casa (2 S. 11:2-4).

 

En el hogar de Jacob también estaba este tipo de problema, que termino alcanzando a uno de sus hijos, Rubén, que después se acostó con una de las concubinas de su padre (Gn. 30:14-16, 35:22).  Al tener experiencias nuevas que provienen del mundo se abre puertas para que los hijos sean arrastrados con este tipo de problemas.

 

El lecho de David estaba manchado con este tipo de idolatría, Mical se encargo de colocar este ídolo en su cama en el momento que David se ausentó (1 S. 19:11-13); al momento de expulsar el amor genuino del lecho conyugal, se abren puertas para convertir las relaciones maritales en idolatría.

 

En el cantar de los cantares, la amada hace referencia a lo que cubre su relación (Cnt. 2:4). El varón debe amar a su esposa como a su propio cuerpo, así evitará las relaciones ilícita con ella (Ef. 5:28; 1 Co. 6:18). 

 

Los jóvenes también pueden estar involucrados en este tipo de problema a consecuencia de ser atraídos por las pasiones juveniles (2 Ti. 2:22); Dina la hija de Lea (sig. aburrimiento) quiso tener nuevas experiencias y termino seducida por un príncipe de la tierra (Gn. 34:1-3).  

 

De la misma forma la mujer extraña sedujo al joven falto de entendimiento (Pr. 7:7-23) enseñando esto que un joven puede caer en prostitución como consecuencia de querer tener nuevas experiencias o por ser inducido por amistades como en el caso de Amnón (2 S. 13:1-15).

 

  1. Adulterio: Su vocablo en griego es: moicheuo, significa: tener relaciones ilícitas con la esposa de otra persona.  

 

Una persona puede idolatrar el adulterio, ser esclavo de éste a consecuencia de herencias ancestrales que se trasladaron a su vida.  En la familia de David se puede apreciar un pasado con este tipo de problemas (Sal. 51:4-5).  El cristiano debe analizar y renunciar a esta herencia que puede estar estorbando su vida familiar.

 

Otra forma de rendirle culto al adulterio es abriendo puertas para que este entre en los hogares, Job no permitió que eso sucediera porque sabia lo que implicaba desear a otra mujer (Job 31:1-12).

 

Es importante que el cristiano vea su corazón para localizar, si lo hubiera, éste tipo de problema; el Señor hizo la advertencia en la que una persona adultera con el hecho de codiciar a una mujer en el corazón (Mt. 5:28).   

 

  1. Concupiscencia: Del griego epithumia, significa: deseo, anhelo, deseo por lo que es prohibido, lujuria.  Este problema esta muy relacionado con las anteriores características de aquel que adora en su corazón las cosas de tipo sexual.

 

El que anda en concupiscencias es una persona que no da fruto pues no pueden retener la Palabra de Dios en su corazón (Mr. 4:18-19). Conduce a las personas a cometer actos de inmoralidad sexual, también llega alcanzar a la familia e incluso consienten este tipo de problemas (Ro. 1:23-32). Por ello es necesario que no se le permita al pecado que se enseñoree del cuerpo sino dejar que el Espíritu Santo sea quien reine sobre éste para no cumplir con los deseos de la carne.     

 

CONCLUSIÓN: La idolatría no es simplemente adorar una imagen, va más allá de esto, implica cosas que hay dentro del corazón.  El Señor Jesús desea reinar en el corazón del cristiano, que no haya ningún tipo de problema en nuestro cuerpo como lo es la fornicación.  Que el orgullo desaparezca para que se tenga el carácter de Cristo, manso y humilde de corazón.  Entender que las cosas materiales son como humo y debemos de hacer tesoros en el cielo donde no hay corrupción, sabiendo que con Cristo nos han dado todas las cosas y en la medida que prospera nuestra alma podremos gozar de todo aquello que Dios tiene preparado para el cristiano.