El viejo hombre

07.09.2011 22:31

 

El Viejo Hombre

 

Que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos,

Efesios 4:22 LBA

 

INTRODUCCIÓN: Un hijo de Dios puede haber salido del mundo pero malas costumbres y desenfrenos puede que todavía lo estén dominando, a consecuencia de esto no puede vivir en la libertad a la que el Señor lo ha llamado.  Por ello es importante que veamos cuales son esos hábitos que pueden estar impidiendo que avancemos en nuestro caminar.  

 

DESARROLLO: La Biblia muestra que el viejo hombre representa los malos hábitos que adquirimos del mundo o aprendimos de nuestros padres (Col. 3:9; 1 P. 1:18).  Un hábito es: “un modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes u originado por tendencias instintivas”.  Cuando un cristiano no pude despojarse de estos el viejo hombre se hace manifiesto en él, pues cada una de las cosas que practicó se vuelve leyes en sus miembros.

 

Al estar viviendo sin  Cristo nuestra alma y cuerpo se acostumbraron a cometer con avidez toda clase de pecados (Ef. 4:19), volviéndose costumbre en nuestros el practicarlos, con ello el viejo hombre fue alimentado y se avivo al cuerpo de pecado, el cual constantemente se contaminaba de las impurezas que vivíamos en el mundo. Es importante mencionar que las personas no Bautizadas en Agua, el hombre viejo no ha sido atado para poder iniciar el proceso de restauración (Lc. 11:21-22; Ro. 6:5-6).    

 

Estas son algunos de los hábitos que pueden evidenciarse y saber que se esta viviendo en las costumbres del viejo hombre:

 

Fornicación, Colosenses 3:5: Son relaciones sexuales entre parientes cercanos (Gn. 19:32-36; Lv. 18), lesbianismo, homosexualismo, zoofilia (relaciones con animales), etc.  Esta palabra proviene de otras como porneuo que significa: prostituir el cuerpo para satisfacer las lujurias de otro.  Se puede dar tanto en hombres como en mujeres, dentro y fuera del hogar. 

 

La fornicación tiene un sentido más profundo que una relación sexual fuera del matrimonio, se puede dar en el lecho conyugal forzando a la pareja a cometer actos inmorales por el hecho de satisfacer su lujuria, Jacob fue alquilado por unas mandrágoras (Gn 30:16), como consecuencia Rubén se acostó con una de sus concubinas  (Gn. 49:3-4); en el libro de Hebreos exhorta a los matrimonios a que su lecho sea sin mancilla (He. 13:4 RVA).

 

Un mal hábito que abarca la fornicación es la auto-satisfacción (masturbación), tanto en hombres como en mujeres, a consecuencia de anidar en el corazón deseo por placeres deshonestos, como en el caso de Amnón con su hermana Tamar (2 S. 13:1-2). La práctica constante de esto se llega a formar una ley en las manos.  

 

  • Impureza, Colosenses 3:5: En un sentido moral, sensualidad, lujos y libertinaje; un cristiano con este tipo de problema se deja llevar por sus sentidos, lo induce  a cometer actos de inmoralidad relacionados con la fornicación y el adulterio, como en el caso del joven falto de entendimiento que se dejo seducir por la mujer extraña a causa de sus sensualidad (Pr. 13:13-18).

 

Lujo: “abundancia de cosas no necesarias; Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo” (Dicc. Real Academia). Esto es influenciado por la vanidad que puede estar dominando a una persona, ésta siendo arrastrada por la corriente de este mundo y por la codicia de los ojos; vive en confusión por tener dobles de alma (1 Jn. 2:16 DHH; Ap. 18:1-3; Stg. 4:4).  

 

  • Pasiones, Colosenses 3:5 LBA: afecto desordenado del alma” (Dicc. Real Academia), deseo ingobernable (Bulimia, anorexia, insomnio, ansiedad, fobias, etc.), que lleva a la persona a tener experiencias sensibles para su cuerpo (Lc. 21:34).  La Biblia menciona que la tierra (Fig. del alma) se encontraba desordenada y vacía, dejando ver que las pasiones vienen como consecuencia de que hay tinieblas y vacío en el alma que busca algo con que llenarla.

 

El trabajo puede ser una pasión si no se lleva con equilibrio, olvidándose que cada día tiene su propio afán (Mt. 6:34 DHH). Es importante mencionar que se afana debajo del sol aquella persona que no esta bajo la sombra de Cristo reposando (Ec. 1:3; Cnt 2:3).   

 

  • Malos deseos, Colosenses 3:5: Induce a la persona a buscar y hacer cosas prohibidas por la Palabra de Dios (Ro. 7:19-23).  Se anida en el corazón de la persona y si no es ministrado pude llegar a consumarse en lo físico.  Uno de estos, el querer quitarse la vida a cusas de alguna frustración, podemos ver a Elías deseando la muerte al compararse a sus padres (1 R. 19:4).

 

Otro mal deseo puede venir de una obsesión de tipo sexual, de esa forma vemos a Amnón que anidaba en su corazón el deseo de tener intimidad con su hermana Tamar llegando a violarla (2 S. 13:1-2, 11-14); un cristiano también pude tener este mismo deseo alimentado muchas veces por pornografía o por espíritus inmundos, siendo necesario ser liberado de esa forma de pensamiento.

 

La persona que tiene este tipo de obsesión, es una persona con necedad en su corazón (2 S. 13:13), actuando con presunción cree poder controlar esos deseos de la forma que lo quiso hacer Sansón, olvidando lo que la Biblia enseña con respecto a este tipo de problema (Pr. 6:27; Jue. 16:20).

 

  • Avaricia, Colosenses 3:5: Es un deseo desmedido por tener más, especialmente lo que le pertenece a otros, haciendo que la persona busque conseguir lo que quiere a cualquier precio, como la actitud que tuvo Jezabel con la viña de Nabot (1 R. 21:7-10).

 

Al tener este tipo de problema una persona es propensa o traicionar de la manera que lo hizo Judas con el Señor Jesús.  Si no es erradicado del corazón de un cristiano puede traer consecuencias en la vida de éste y de su familia, ya que puede actuar en desobediencia y tomar cosas que están destinadas para destrucción llevando maldición a su hogar; en ello se puede ver a Acán (Jos. 7:21-25). 

 

Un cristiano puede estar corrompiendo y fortaleciendo aún más al viejo hombre con deseos engaños que pueden estar anidados en su alma, a consecuencia de no estar renovando el espíritu de sus pensamientos (Ef. 4:22-23).

 

  • Engaño: Según el Diccionario Sopena es: “cerrar los ojos a la verdad por ser más grato el error” esto implica salirse de la realidad en que vive, es decir vivir de fantasías.  Sabemos que Cristo y su Palabra son verdad (Sal. 119:60; Jn 14:6, 17:17), el cristiano que se deja guiar por el viejo hombre es aquel que hace caso omiso de lo que la Palabra de Dios le diga, viviendo en sensualidad y siendo constantemente atraído por los deseos de la carne (2 P. 2:18). 

 

La persona que no puede dejar de cometer pecado es aquella que esta esclava de éste (Ro. 6:6), a su vez no pude dominar muchas cosas de su alma, por ejemplo:

 

  • Ira, Colosenses 3:8: Del vocablo griego orge que tipifica “la ira mostrada en castigo, por lo tanto usada para castigarse a sí mismo”.  Esto se puede expresar a través del maltrato físico, a consecuencia de tener pensamientos legalistas y no dejar que la gracia de Dios actué en él (Stg. 1:20).

 

La ira es algo que está inherente en el alma pero que se puede controlar (Ef. 4:26), evitando así consecuencias en la persona o en algún familiar; en ello podemos ver a David al emitir juicio en contra de él mismo, esto trajo la muerte a su familia.

 

La ira puede abrirle puertas a las intenciones de darle muerte a otra persona, como en el caso de Esaú con su hermano Jacob (Gn. 27:41-45). Lo que nos muestra que un cristiano puede tener intenciones de asesinar a una persona por diversas causas una de ellas puede ser por alguna herencia familiar o por rivalidades entre hermanos, como en el caso de Caín y Abel o Jezabel por la viña de Nabot.

 

La persona iracunda pude que no solamente agreda físicamente a alguien, también lo puede hacer de forma verbal; esto repercute en el alma de la persona que ha sido lastimada de esta manera. La manera en que lo hace es mostrando los defectos del otro, así pues vemos a Jacob maltratando a Raquel (Gn. 30:2).

 

  • Rencor, Colosenses 3:8 BDP: Es un resentimiento arraigado hacia alguien o algo que ha causado un posible daño, impidiéndole a una persona poder perdonar, así vemos a Jonás en contra de la ciudad de Nínive (Jon. 4:9). Una persona rencorosa es una persona que esta amargada en su alma viendo todas las cosas con pesimismo, siempre le encuentra defecto a todo; Ana tenía rencor en su corazón por su rival que constantemente daba fruto y ella no (1 S. 1:6).

 

Las bendiciones que Dios da pueden ser otra causa de que un cristiano mantenga rencor en su corazón, vemos a Caín tramando mal contra su hermano a causa de las bendiciones que Dios estaba derramando sobre él, esto lo llevo a cometer asesinato, aun cuando hubo advertencia de parte de Dios (Gn. 4:4-8; 1 Jn. 3:5).   

 

  • Malicia, Colosenses 3:8 LBA: La Biblia nos menciona que el corazón del hombre siempre tiende hacia lo malo desde su juventud (Gn. 8:21).  Nuestros pensamientos antes de llegar a los pies de Cristo fueron contaminados con maldad, es por ello que muchos cristianos no pueden creer pues hay malicia en su corazón y corren el peligro de apartarse de Dios (He. 3:12).

 

La tendencia de la malicia lleva hacia la desobediencia e impide entrar en el reposo de Dios, la persona busca hacer su voluntad y no se deja guiar por el Espíritu Santo ni por consejo (He. 3:17-19).  La malicia se puede manifestar a consecuencia de la envidia, en ello vemos a los hermanos de José (Gn. 37:20). 

 

Una mente y conciencia corrompidas hace que la persona no vea nada con pureza, por ello necesita renovar su forma de pensar, dejando atrás pensamientos antiguos como venganzas, rencor o resentimiento hacia alguien (Tit. 1:15; Ef. 4:23).

 

  • Blasfemia, Colosenses 3:8 RV60: Del griego blasphemos que significa: calumniar, conversación ofensiva; esta a su vez se compone de: blapto: herido, lastimado; pheme: fama, relato, información.  Nos habla de personas que han sido lastimadas en su alma, a consecuencia de ello levantan rumores o información falsa en contra de alguien (Dt. 22:13-17).

 

Esta es una actitud de necedad en el corazón de la persona que puede descubrir los secretos de alguien; ello es de suma importancia en el matrimonio pues tanto el varón como la mujer no deben descubrir a sus cónyuges, se debe tener la actitud de la amada del Cantar (Cnt. 5:8-16).

 

Es necesario que se erradique este tipo de actitud de las personas pues la Biblia dice que éstos no heredarán el Reino de Dios (1 Co. 6:10).  Además a las personas con este problema tienden a contaminar a otros y por ello es necesario alejarse y no tener comunión con estos (1 Co. 5:11).  Esto demuestra en la persona que es inmadura y que necesita ser instruida y ministrada para que sea erradicado este problema de su alma (1 P. 2:1-3).

 

  • Palabras Groseras, Colosenses 3:8 BJM: Un cristiano durante su vida sin Cristo oyó y estuvo en ambientes que se hablaban cosas que no se debían, así ya en Cristo los ambientes pueden influir para que este tipo de conversaciones se manifiesten en su boca (Is. 6:5).  Una persona que no ha sido ministrada su boca puede lastimar a otros con sus expresiones, ya que no puede controlar esa forma de hablar; este era el caso de Saúl con Jonatán (1 S. 20:30 BJM). 

 

Entre este hábito se puede contemplar el acoso tanto sensual como sexual, expresando palabras en doble sentido o de una manera directa, en ello podemos a la esposa de Potifar acosando a José (Gn. 39:7,12) o Amnón con Tamar (2 S. 13:11).

 

Cristo vino para crucificar al hombre viejo en la cruz del calvario y esto nos deja ver que al derramar su sangre en ella, fueron clavadas sus manos, representando las obras para que ya no se levante sus manos con ira y contienda porque han sido purificadas con Su sangre (Ro. 6:6; 1 Ti. 2:8). 

 

 Fue clavado en su pies para que fuera purificado nuestro andar y ya no corriéramos tras el mal, por ello que un cristiano debe ministras su pies si en su vida pasada se apresuraba a cometer todo tipo de impurezas; además debe evaluar si no es por esta razón que no puede dejar de ir a los lugares que antes frecuentaba (Pr. 6:18, 7:11).  

 

También fue clavado en su cabeza con la corona de espinas para que nuestros pensamientos fueran purificados y ya no haya malicia en ellos, limpios de corrupción siendo renovados constantemente en nuestra forma de pensar para conocer cual es lo bueno, agradable y perfecto que Dios quiere para nuestra vida (Ro. 12:2).

 

El cristiano que todavía vive con su antigua naturaleza es a consecuencia de no renovar sus pensamientos y estar constantemente anhelando su vida de pecado, como le sucedía el pueblo de Israel, olvidándose que es un nuevo ser el cual Dios no quiere que se quede en el desierto sino que entre en la tierra que le ha prometido (2 Co. 5:17 BLS).

 

CONCLUSIÓN: El viejo hombre son todas aquellos malos hábitos, malas costumbres y problemas en el alma que no han sido erradicas y todavía dominan el caminar de un cristiano, es necesario que sea ministrado y liberado en su alma para que pueda vivir la vida en abundancia que Dios le ha dado pero que no puede disfrutar pues por su autosuficiencia y su deseo de vivir en ello todavía no ha dejado que el Espíritu Santo trabaje su ser.