El verdadero llamamiento

07.09.2011 22:33

 

El verdadero Llamamiento

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

LBA Romanos 1:1

 

INTRODUCCIÓN: Muchas personas luego de haber recibido a Cristo no saben cual ha sido el propósito por el cual fueron rescatados; aun cuando tienen varios años en el Evangelio no conocen cual es el propósito de Dios para su vida o cual es su llamado y se desvían en pos de otras cosas.  Por ello es necesario que el cristiano busque con diligencia el propósito que Dios tiene para su vida.

 

DESARROLLO: Cada uno de los hijos de Dios tiene un propósito y una función en el Cuerpo de Cristo, es decir la Iglesia (Ef. 5:29-30) y de la forma como el Señor Jesús estuvo en la tierra sabiendo que tenía un llamado especial por parte del Padre, la iglesia del Señor debe saber que tiene una función especial y no sólo fue llamada a salvación de la ira venidera.

 

Llamado se describe en griego como kletos, en un amplio sentido se utiliza para hacer una invitación con el propósito de ir a un banquete, despojarse de  cargas, obtener la salvación y proclamar el Evangelio (Strong). Así vemos que Dios no obliga a nadie a que cumpla el propósito que Él establece para la persona, sino espera que se haga en obediencia y por amor, así vemos al apóstol Pablo con la necesidad de predicar el Evangelio pues conocía cual era su llamado (Fil. 1:15-17).

 

El Señor Jesús vino a la tierra y estando aquí tuvo cuatro llamados por parte del Padre, estos son una sombra de los llamados que un hijo de Dios tiene, veamos cuales son:

 

  1. Llamado del cielo a la tierra, Ro. 10:6: La persona toma cuerpo e inicia su ciclo biológico sobre la tierra (He. 2:14, 10:5). Algunos cristianos provienen de embarazos no deseados, creen que su nacimiento estuvo fuera del control de Dios y tienen el sentir que David; más Dios lo permitió con un propósito (Sal. 51:5; Ro. 8:28).  

 

  1. Llamado del mundo al Reino de Luz, Mt. 2:14-15: Luego de haberse desarrollado como persona y con su capacidad para tomar decisiones, Dios le presenta en el tiempo estipulado por Él su plan de Salvación, teniendo la oportunidad de aceptar o rechazar éste llamado (Jn. 3:19-21).

 

  1. Llamado del Bautismo en Agua a trabajar en la obra, Mt. 4:12-17: Jesús luego de ser bautizado y tentado en el desierto, inició su trabajo de proclamar el Evangelio, teniendo actitudes que sirven de ejemplo para los que son llamados a trabajar en la obra y que al ponerlas en práctica no se desvíen hacia deseos personales.   

 

  1. No tomar los gobiernos del sistema mundo, Jn. 18:36: El Señor Jesús siendo el líder por excelencia, nunca dispuso su corazón para ejercer gobiernos terrenales, pues conocía bien los tiempos (Jn 7:6); de esa forma un líder cristiano no debe buscar el ejercer un gobierno terrenal como medio para llevar almas al Reino de Dios.

 

      1. Cambiar los tiempos, Dn. 7:25: El líder cristino que tiene el pensamiento de llevar almas para cristo por gobiernos terrenales esta incurriendo en una actitud de la bestia, pues pretende cambiar los tiempos; los cuales Dios ya tiene preparados para aquellos que van a gobernar en la tierra juntamente con Cristo (Ap. 20:4 BLS).

 

      1. Morador de la tierra, Gn. 10:8-10: Al igual que Nimrod (sig. Rebelde) el cristiano con este pensamiento tiene rebeldía en su corazón, ambición de ser poderoso y pretende formar su propio reino terrenal poniendo como pretexto la causa del Evangelio (2 Ts. 2:4). 

 

  1. La Biblia nos deja claro los procesos de gobierno que debe tener un cristiano y principalmente aquel que ha sido llamado a trabajar en la obra:

 

            1. Gobierno propio, 2 Ti. 1:7, 1 Ti. 3:2-3: El primer paso es saber gobernarse uno mismo según la Biblia lo indica, así vemos al apóstol Pablo alentando a Timoteo a tener dominio sobre algunas cosas tales como el dinero (1 Ti. 6:9-11) las pasiones juveniles (2 Ti. 2:22) y de lo que se habla (Pr. 10:19).

 

            1. Gobierno del hogar, 1 Ti. 3:4-5: En ello vemos que la principal característica de esto es la dignidad, respetando la individualidad de cada uno de sus miembros de la familia (Ef. 5:25-33, 6:4 LBA).

 

            1. Gobierno en la iglesia, 1 Ti. 5:17: Para ello se necesitan ancianos, es decir, personas maduras que den buen testimonio dentro y fuera de la congregación, sirviendo con diligencia y humildad sin imponer su voluntad a base de miedo (Mt 20:25-26; Ro. 13:3 BLS). 

 

            1. Gobierno milenial, Ap. 20:4: En este vemos a los que mantuvieron las enseñanzas del Señor Jesús y no se rindieron ante la bestia.

 

  1. Llamados a tener comunión con Jesucristo, 1 Co. 1:9: Para tener comunión con Jesucristo es indispensable tener comunión con los hermanos, ya que mucho pueblo cristiano menciona que tiene una relación con Dios pero su relación con los hermanos es deficiente (1 Jn. 1:6-7).

 

  1. Es necesario entender que la comunión se logra únicamente cuando las personas se ponen de acuerdo y tienen un mismo fin (Amo. 3:3), podemos ver como Abraham e Isaac iban juntos a ofrecer sacrificio (Gn. 22:6-8) es decir, presentar el cuerpo como sacrificio vivo y aceptable hacia Dios teniendo ambos un mismo fin (Ro. 12:1-2).

 

  1. Llamados a vivir en Paz, 1 Co. 7:15: Implica buscar reconciliación con aquellos a los que ha ofendido y perdonar a los que lo han lastimado, pero una persona no puede estar en paz con otros si no lo esta primeramente con Dios (Ro. 5:1) y luego consigo misma, el  ejemplo lo vemos en Saúl; debido a su negativa de reconciliarse con Dios consideraba a todos sus enemigos siendo el principal David (1 S. 18:10-11).

 

  1. La Biblia nos enseña que: si hay alguien que tiene algo en contra de nosotros, debemos ir a buscar la reconciliación para que nuestra ofrenda se aceptada (Mt. 5:23-24).  Saúl debido al rencor en contra de David  Dios rechazo las ofrendas que él pretendía presentarle (1 S. 15:22-23).

 

  1. Otra de las causas por las que una persona no tiene paz es: por pecado que tiene oculto en su corazón y no ha querido confesarlo por miedo o vergüenza (Sal. 38:3 RVA).  Así mismo un cristiano que vive impíamente tampoco tiene paz (Is. 57:21).

 

  1. Llamados a libertad, Gá. 5:13: Todo hijo de Dios a sido llamado a vivir en libertad, sin embargo muchas veces se confunde libertad con libertinaje o se cae en el extremo de legalismos que conducen a una persona a la esclavitud de la religiosidad.

 

    1. Libertad: Del griego eleutheria, significa: capacidad de hacer o dejar de hacer como a uno le place sin ofender a otros (Strong); basado en parámetros bíblicos y en procurar siempre agradar primero a Dios y no a los hombres (Gá. 1:10). Por ello vemos a los apóstoles Pedro y Juan aplicando esa libertad que tenían en la predicación del Evangelio (Hch. 4:1-19). 

 

    1. Libertinaje: Desenfreno en las obras y en la palabras (DRAE). Se de a causa de la ignorancia y el deseo de la persona de vivir no por el Espíritu sino por sensualidad (Gá. 5:16; 2 P. 3:17-18). 

 

      1. Legalismo: Tendencia a la aplicación literal de las leyes, sin considerar otras circunstancias (DRAE). También por la ignorancia y la no renovación de la mente, las personas se mantienen encajadas en preceptos rígidos, parciales, tradicionales y rituales.  Con validez para las cosas externas pero sin valor para lo interno; por ello vemos a los fariseos criticando las actitudes de Jesús y sus discípulos (Mt. 9:11, 15:2). 

 

  1. Llamados en esperanza, Ef. 1:18, 4:4: Un persona que ha sido llamada a servir debe tener bien claro: el que lo llamó no fue hombre alguno sino el Señor, por ello no se debe poner la confianza en otra cosa que no sea Él. Muchas personas ponen su esperanza en cosas tales como: 

 

    1. El dinero, Hch. 16:16-19; 1 Ti. 6:17: La persona que fue llamada a servir a tiempo completo debe saber que el Señor es quien lo sostendrá (Is. 42:6-7).

 

    1. Su propio intelecto, Pr. 3:5 RVA: La persona que tiene la esperanza de ser llamado a servir en la predicación del Evangelio, debe buscar la preparación y el equipamiento, esto se da en gran medida al servir dentro de la congregación, lo vemos en Samuel que sirvió en el templo antes de ser profeta en Israel (1 S. 2:18).  

 

  1. Llamados a heredar bendición, 1 P. 3:9: La palabra herencia se traduce de kleronomeo que literalmente significa: recibir mucho.   Para recibir bendición es necesario que, la persona llamada a servir, sea obediente y sujeta a la voluntad de Dios por medio de sus ministros delegados (Dt. 28:2). 

 

    1. Abram por medio de la obediencia, al dejar su pasado Dios le promete grandes cosas para él y su descendencia (Gn. 12:1-2). Así el cristiano cuando es llamado por Dios invitándolo a dejar su vida pasada es participe de las bendición que se le dieron a Abraham (Jn 8:39 RVA). 

 

  1. Llamados a soportar aflicción, 1 P. 2:19-21: En el servicio a Dios siempre hay injusticias que se cometen ya sea por desconocimiento o por rivalidad, cualquiera que sea la causa se debe aprender a sobrellevarla sabiendo que la recompensa no proviene del hombre sino de Dios.

 

    1. Daniel servía en el palacio del rey y en ningún momento cometió falta alguna, sin embargo la envidia de otros servidores lo llevaron al foso de los leones; este apeló a Dios por la injusticia cometida sobre él librándolo de la muerte (Dn 6:3-5). El ser diligente y fiel puede acarrear la envidia de las personas que sólo quieren tener notoriedad delante de aquel que los cubre y buscarán la manera de menoscabar el trabajo que éste realice.

 

    1. José también padeció injusticia a causa de su diligencia en la casa de Potifar, le fue levantado falso testimonio por la esposa de Potifar (Gn. 39:17-20). La persona diligente en el servicio a Dios, en ocasiones tendrá gente que se levantara para hablar mal de él por medio de chismes y murmuración.    

 

  1. Llamados a santidad, Ro. 1:7; 1 Co. 1:2: Los sacerdotes del Antiguo Pacto llevaban sobre su frente una laminilla que decía “Santidad a Jehová”  (Ex. 28:36-38). Siendo esto una enseñanza para todos aquellos que son llamados a ejercer un sacerdocio, ya sea en el hogar o en la congregación.

 

    1. En un sentido amplio santidad es “la purificación interna por medio de la renovación del alma” (Strong). En ello entra la actitud de apartarse de aquello que no es agradable ante los ojos de Dios, esta era la forma de vida que Daniel practicaba constantemente estando en Babilonia (Dn. 1:8). 

 

    1. La Biblia nos indica que la base de nuestra santificación es mantenernos alejados de la inmoralidad sexual (1 Ts. 4:3) que puede invadir cualquier ámbito de nuestra vida tanto en el matrimonio como en la soltería.

 

  1. Llamados a la cena de las Bodas del Cordero, Ap. 19:9 RV60: Deja ver que son personas que no son novia porque los invitaron a la cena de Bodas, entre estos hay diferentes tipos de invitados que son:

 

    1. Los que se niegan: En este grupo vemos aquellos que son mas importantes las cosas de este mundo que prepararse para asistir a la boda (Lc. 14:17-20).

 

    1. Los necesitados: Aquellos que se reconocieron necesitados y agradecidos no se negaron a ir a la cena de bodas siendo obedientes al llamado (Lc. 14:21).  

 

    1. Estos últimos son aquellos se dejaron vestir por los siervos que el Padre envió para ese fin y no como aquellas mujeres que hicieron lo que bien les parecía, vistiéndose con su propias ropas (Is. 4:1). 

 

  1. Llamado de la existencia a la eternidad, Mt. 28:6-7; Hch. 1:1-2: El Señor Jesús luego de haber padecido en la cruz, morir y resucitar al tercer día estuvo  poco tiempo en la tierra para luego presentarse delante del Padre. De esta forma el cristiano que a muerto al mundo, a su pasiones y entregándose por completo al Señor le quedará muy poco tiempo de estadía sobre la tierra, en ello vemos al apóstol Pablo anunciando su próxima partida de este mundo (2 Ti. 4:6-8)  

 

CONCLUSIÓN: Cada uno de los hijos de Dios tiene un propósito y una función determinada aquí en la tierra, principalmente aquellos que han sido llamados a servir en la obra del Señor Jesús; siendo importante que no pierda de vista a que fue llamado y no desviarse de ello para ser fiel en el servicio y reciba su recompensa de parte de Dios a su debido tiempo.